07/02/2018

Nula Transparencia

Compartir:

@JPFerbo - Juan Pablo Fernandez

Un debate público sobre el alcance de la ley de ac­ceso a la información en nuestro país se dio esta semana. En este caso un sector de la reputada cancillería nacional sa­lió al paso a cuestionar hasta donde es informa­ción pública el listado de funcionarios escalafona­dos de dicha institución. Ahora bien, es importan­te mencionar que no solo a través de la ley 5282/14 todas las fuentes públi­cas del estado paraguayo están obligados por ley a dar a conocer la lista de sus funcionarios con sus respectivos datos, car­gos, funciones, honora­rios y demás información que debe estar a dispo­sición de la ciudadanía, sino que la ley 5189, do­blemente los obliga.

Uno de los argumentos planteado por el vocero de la Asociación de Di­plomáticos Escalafona­dos del Paraguay (ADEP) ha sido la del Embajador. Carlos Fleitas, quien ocu­pa el cargo de presidente de la Comisión Nacional Demarcadora de Límites, dependiente de la Can­cillería Nacional, afirmó que información sobre rango de diplomáticos es privada. Refirió que “La persona que se arroga la facultad de pedir dicha información carece de legitimación activa, pues no es funcionario escala­fonado, ni posee ningu­na relación o interés con el gremio, por lo cual no puede otorgarse esa fa­cultad ni esa potestad”.

Para que se entienda la otra cara de la moneda, el Dr. Ezequiel Santaga­da, jurista especializado en el derecho a la infor­mación plantea que las “clasificaciones internas de la Cancillería no son información reservada porque no hay ley que establezca su reserva”. Se trata de uno de los sistemas de clasificación y promoción de los em­pleados por el Gobierno, a través del Poder Ejecu­tivo, para servir el pue­blo paraguayo. “No es la clasificación interna de un ente privado o una lo­gia secreta o una casta de privilegiados”.

Este ejemplo nos sigue mostrando cuánto falta para que los servidores públicos entiendan que se debe dejar detrás el oscurantismo y salir a manos limpias a demos­trar que no existe nada que esconder en el ma­nejo de la cosa pública.

Es una pena que, desde el Ministerio de Rela­ciones Exteriores, cuna de grandes hombres y mujeres que han tenido una formación inigua­lable en comparación de cualquier otro funciona­rio del Estado paragua­yo, tengamos que estar viendo este intento de atropello a un derecho humano. Esperemos que se entienda que con la ley de acceso a la infor­mación pública no habrá retroceso alguno. El Pa­raguay se merece insti­tuciones transparentes, eficientes y que vuelvan a ganarse la confianza de la gente. ¡Ni un paso atrás!

Reciba toda la información al día, suscribiendose al boletín del GIAI.
Reciba toda la información al día, suscríbase al boletín del GIAI:
© 2017 GIAI.
Todos los Derechos Reservados
Un trabajo
de:
© 2017 GIAI.
Todos los Derechos Reservados
Un trabajo
de: