15/11/2017

ESCÁNDALO EN LA JUSTICIA

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COMUNICADO DEL GIAI «GRUPO IMPULSOR DE ACCESO A LA INFORMACIÓN»

 

Las escuchas telefónicas entre un destacado funcionario administrativo del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados que involucra a fiscales, jueces y abogados es una muestra cabal de las peores sospechas que la ciudadanía tiene hacia los organismos que eligen y juzgan a los magistrados de la República y cuya desconfianza levanta serias sospechas en torno a si vivimos en realidad en un Estado de Derecho.

Las expresiones proferidas por el funcionario de marras de que “estamos todos en la joda” es acaso la expresión vulgar que describe con claridad desde adentro lo que se percibe desde hace mucho tiempo desde afuera. La ciudadanía no cree en sus instituciones de justicia y tiene sobradas sospechas sobre el actuar de sus representantes, tanto en el Consejo de la Magistratura como en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Y como no estarlo, cuando algunos de sus miembros están procesados por delitos cometidos en funciones administrativas y han encontrado en estas organizaciones un parapeto y blindaje para no solo amenazar a los magistrados y fiscales que se animen a continuar con los juicios sino, incluso, apartarlos de sus cargos.

Esta es una vergüenza nacional que debe ser cortada de raíz si pretendemos continuar con una democracia tan difícilmente conseguida y sostenida por la ciudadanía a lo largo de este tiempo. Las conquistas de transparencia encuentran serias resistencias en estos órganos, que están integrados por los distintos sectores que debieran estar interesados en una justicia autónoma e independiente, como lo propugna la Constitución; pero que, sin embargo, sus actos de secrecía, opacidad y abierta prepotencia lo envuelven en sospechas de promover justamente los valores opuestos a una real y verdadera democracia.

“Todos jugamos con el poder mientras estamos…” es otra digna frase para la historia de uno de los peores momentos de la justicia en el Paraguay. El sometimiento a los dictados de la politiquería ha llenado de miedos y reforzado la idea de un vasallaje a los poderes fácticos que operan para que no tengamos esperanzas en las instituciones y, consiguientemente, pongamos en duda el valor de la democracia.

El tráfico de influencias, el amedrentamiento abierto y grosero, la procacidad en las expresiones del secretario del presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados refleja el carácter de este órgano y el resultado de su accionar. Todos los personajes envueltos en este escándalo de proporciones tienen que ser procesados y castigados con la severidad de las normas. Ambas instituciones deben ser intervenidas para depurarlas hasta donde se deba de aquellos que la han tomado como espacios de ejercicio del poder coaccionador sobre magistrados y fiscales, muchos de ellos sometidos a sus caprichos y su fuerza. Un miembro del Jurado afirmó que lo conocido no era más que una pequeña porción del escandalo de esta organización. ¡Ya podemos imaginarnos la gravedad de lo que desconocemos!

Como Grupo Impulsor de Acceso a la información Pública (GIAI) somos organizaciones de la sociedad civil que hemos luchado para que la democracia se fortalezca en el Paraguay y vemos que el escándalo de proporciones que se vive en la actualidad pone en riesgo severamente el Estado de Derecho en el país, por lo que urgimos una pronta acción que repare el daño que, tanto en la confianza ciudadana y en las instituciones, ha sido hecho con estas conversaciones conocidas, sobre las que siempre se había sospechado muy a fondo.

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