A poco tiempo de finalizar otro año, me parece propicio exhortar una vez más, la necesidad de no olvidar que contamos con una poderosa herramienta, que ya están pensando en modificarla.
Desde el 2015, año que entro en vigencia la ley 5282 de “Libre acceso ciudadano a la información pública” se ha contado con el tiempo suficiente para que a la fecha todas las fuentes públicas, como menciona la ley, cuenten con oficinas de acceso a la información pública, con encargados y presupuesto. Tenemos un nuevo gobierno que dice ser “de la gente” pero muy poco se ha visto acciones para darle uso a esta “herramienta” de manera práctica.
Hemos conocido algunos ejemplos de ciudadanos que han entendido la importancia, mucho antes que existiera una ley, han ejercido su derecho de ciudadanos y han sido de mucha importancia para contar hoy con esta herramienta de transparencia gubernamental como el caso de Daniel Vargas Telles en San Lorenzo o el Periodista Juan Carlos Lezcano, que sigue esperando que la Controlaría le responda sobre las declaraciones juradas.
Esos esfuerzos han hecho que otros ciudadanos e incluso organizaciones de la sociedad civil, como el Grupo Impulsor de Acceso a la Información (GIAI), se animen a usar la herramienta y darle vida a la norma.
Lastimosamente no va en aumento la tendencia de hacer solicitudes de información pública y eso lleva a querer abrir el debate de la modificación por parte de algunos políticos como ya lo han anunciado senadores de Patria Querida, Hagamos y una parte del Partido Colorado. Esto sería un grave retroceso a la endeble democracia que todavía tratamos de fortalecer.
Lo oscuro seguirá así, si no nos animamos a abrir las puertas y ventanas y dejar que la luz entre al estado y prevenir que quieran sacarnos esta herramienta. Es hora de despertar la curiosidad y cumplir el rol que nos corresponde desde nuestro municipio o gobierno central para que lo público sea público y al final nos beneficie a todos. ¡Enseñemos a usarla antes de pensar modificarla!
Fuente: 5 Dias.
