Solo se demuestra que todavía el estado no puede cumplir eficientemente en lo mínimo, ni quiero imaginar en las grandes acciones.
Hoy hace exactamente una semana, iniciaba un nuevo periodo de gobierno y es llamativo cómo en la percepción de la ciudadanía, que se ve traducido en el conflicto del metrobús o los jóvenes reclamando temas en educación, no se hay más la paciencia que en el pasado se les concedía a los gobernantes para que puedan acomodarse en sus funciones y comenzar a dar resultados.
Las cosas cambiaron y tomar el poder, diría yo, es como subirse a un avión en marcha, ingresar a la cabina de control y hacer que los pasajeros no sientan ninguna turbulencia. Tarea muy difícil cuando se precisa de un equipo compacto, dinámico y altamente eficiente, para las tareas que demandan soluciones innovadoras, de rápida acción y que sean de gran impacto.
Un ejemplo que demuestra el problema es lo relacionado a la publicación de los decretos desde la página web de la presidencia. Pasó una semana y todavía no han actualizado los primeros decretos del Presidente Mario Abdo, cuando el propio director de informática aduce problemas técnicos.
Podría pensar, en el peor de los casos, que el anterior director se llevó la contraseña o tal vez no cuentan con un scanner para digitalizar el archivo, en tiempos donde desde el teléfono celular se puede hacer esa tarea.
Hablamos de Gobierno Abierto, de transparencia con herramientas como la ley de acceso a la información pública, contamos con una secretaría de anticorrupción y hasta tenemos un ministerio que se encarga de la tecnología como procuradora del soporte informático a través del ejecutivo. Lo más irónico es que no podemos ver los decretos publicados a los 5 minutos de la firma.
Si en lo poco el Estado no puede ser eficiente, en las cosas grandes mucho menos.
Es urgente que, con un avión en vuelo, puedan soldar de una buena vez por todas estas fisuras para que los pasajeros ni se percaten, y tengamos todos un viaje placentero.
FUENTE: 5Dias